Para poder hablar de autohipnosis es importante primero reconocer que es la hipnosis que actualmente se está usando, tanto en psicoterapia, como en medicina, y en otras áreas de la salud o de crecimiento personal como el coaching es muy diferente a lo que antes se usaba.
Generalmente cuando escuchamos hablar de hipnosis, viene a nuestra mente la imagen de alguien que, quizás vimos en televisión, o escuchamos hablar, que con solo tocar o mirar a las personas, puede hacer que se queden dormidos o empiecen a hablar o actuar de formas extrañas, también puede venir a nosotros la imagen de un péndulo o un reloj en movimiento frente a la persona, pero sobre todo la idea de que alguien puede controlar nuestra mente o hacer que hagamos cosas sin nuestro consentimiento. La hipnosis actual no se parece a nada de esto.
En el siglo XX todavía había muchos mitos e ideas falsas sobre lo que era la hipnosis, incluso se usaba bastante la hipnosis de teatro. Afortunadamente iniciando el siglo XXI, encontramos más y más personas utilizándola de una forma más saludable, de manera natural, como una herramienta de transformación, a veces en disciplinas como la meditación o como herramienta en la mejora de acciones y pensamientos de las personas por parte de profesionales de la salud.
Se partía de la idea de que el hipnotizador inducía un estado de trance y la persona hipnotizada obedecería siempre y cuando fuera suficientemente sugestionable e hipnotizable. Es decir, se pensaba en la posibilidad de personas hipnotizables y no hipnotizables, la inducción y la sugestión venían desde afuera y se buscaba medir la hipnotizabilidad de la persona. Si esta no seguía las sugestiones, se consideraba que no era buen sujeto de hipnosis.
El Dr. Erickson padre de la hipnosis moderna, desde los años cincuenta, propuso que todos los seres humanos somos sujetos hipnóticos, ya que somos capaces de recordar e imaginar, a no ser que tengan algún daño cerebral grave. Hoy en día sabemos que la imaginación es el puente para crear realidades y sincronicidades. Tal vez algunas personas requieran entrenamiento para mantenerse en un estado de trance y provocarlo a voluntad; pero la mayoría de las veces esto es espontáneo.
Casi todo el tiempo estamos imaginando mientras pensamos, a veces tan profundamente que perdemos la noción del tiempo, cómo cuando escuchamos música, o incluso dejamos de sentir que estamos incómodos en la posición que tiene nuestro cuerpo, cuando hemos estado absortos en nuestros pensamientos e imágenes. Como decimos popularmente “estaba en la luna”.
Cada persona, durante el día, entra muchas veces en un estado de trance espontáneo, y esto es lo natural. Cuando hay un hipnotizador que facilita el proceso, la persona entra en trance rápidamente, y tanto lo que imagina como los cambios que se producen en la persona, dependen de ella misma, se dan a su estilo, y a su ritmo; de acuerdo con su historia, sus valores y sus deseos. Nadie puede interferir en el proceso del mundo interno del sujeto, solo apoyarlo. Este solo responde a las sugestiones que encuentran en él un eco interno, que le hacen sentido. Por lo tanto, toda sugestión es autosugestión y toda hipnosis es autohipnosis.
Algo muy interesante, es que hoy sabemos, que mientras el sujeto “hipnotizado” permanece en trance, el facilitador también entra en trance, porque está imaginado y sintiendo lo que está narrando, sigue su propio proceso interno, al mantener la atención puesta en la técnica que está aplicando. Los dos entran en trance, es decir los dos están autohipnotizados.
Teresa Robles dice que se trata de una relación entre dos expertos: el experto en sí mismo, que es la persona que consulta, y el experto en las técnicas para ayudar al primero a lograr lo que quiere lograr, de una manera protegida y saludable, ahorrando tiempo y dolor.
Y continúa aclarando que, ahora sabemos, que el trance hipnótico es un estado natural, que aparece espontáneamente mientras la persona sigue despierta, de modo que podemos: o bien, mantenerlo amplificarlo y utilizarlo cuando aparece en el sujeto; o evocarlo activando las funciones del cerebro derecho, lo que sucede en la hipnosis natural ericksoniana. (Robles 2020)
La hipnosis moderna consiste simplemente en ejercicios de imaginar, recordar y/o sentir el cuerpo. Cuando la persona está haciendo eso, se encuentra en un estado amplificado de consciencia porque su atención está vuelta a su interior, pero al mismo tiempo sabe dónde está, es decir, sigue conectada con el afuera.
Gracias a los conocimientos actuales de la neurofisiología esto es relativamente fácil, empleando, por ejemplo, lenguaje hipnótico.
A Milton H. Erickson, se le ha nombrado el padre de la hipnosis moderna porque logró hacer una cambio fundamental y una propuesta diferente acerca de la hipnosis en su época. En los años veintes cuando aprendía a hacer hipnosis, ocupaba mucho tiempo y varias sesiones para lograr la profundización del trance, esto lo podemos ver en su libro “El hombre de febrero”, posteriormente como en los años sesentas, observamos a un hipnoterapeuta totalmente diferente, para ese momento a Erickson le gustaba hacer trances cortos y espontáneos, hablaba e inducía el trance, al mismo tiempo y con su voz hacia que su paciente saliera y volviera a entrar en trance haciéndolo imaginar, la persona nunca perdía la consciencia, esto lo hacía durante sus seminarios. Incluso había pacientes que con el simple hecho de estar a la expectativa de lo que iba a ser el estar hipnotizados por el Dr. Erickson, ya presentaban signos de trance, como diferencias en su respiración, mirada perdida, entre otros signos.
Las personas entran en trance solos ante la expectativa de ser hipnotizados, lo están imaginando, sintiendo, por lo tanto construyendo esa realidad.
No es necesario perder la consciencia, ni siquiera razonar, el entrar y salir de trance, no solo no estorba el desarrollo del proceso, sino que lo facilita, ya que cada vez se accede más fácil y rápido al estado amplificado de consciencia. Erickson llamó a esta técnica “fraccionar el trance” y esto puede estar pasando contigo, si estás intercalando recuerdos en tu imaginación, con un entendimiento racional de lo que estás leyendo en este momento.
Antes se pensaba que la parte racional podía estorbar al proceso, o que nuestros pensamientos conscientes si aparecían significaba que no estábamos en un trance hipnótico. Ahora sabemos que es precisamente la consciencia la que permite apoyar el proceso de imaginar, y que más que estorbar facilita el trance. Erickson utilizaba la resistencia para inducir el trance, actualmente dejamos de evitar que nuestra parte racional este presente, entendemos que nuestro cerebro funciona integrado y no separado y que eso es lo natural y saludable.
Mientras estamos en un estado amplificado de consciencia, se da de manera espontánea, la neuroplasticidad, creamos nuevos aprendizajes, creando e instalando nuevas conexiones neuronales.
Para poder entrar en trance, es importante imaginar detalladamente, esto corresponde más a las funciones de nuestro cerebro derecho, por ejemplo, si estás recordando con imágenes visuales, permítete recordar también sensaciones, texturas, olores, etc., y emociones.
En la psicoterapia se pensaba que la hipnosis podía utilizarse para bloquear percepciones, borrar síntomas que, por supuesto, reaparecían o daban lugar al surgimiento de otros peores y para hacer aflorar material reprimido o provocar catarsis. Actualmente no hacemos nada de eso, buscamos trabajar con el origen de los problemas, que aparece en forma de símbolos, sin hacer catarsis.
Utilizamos símbolos e imágenes, que son el lenguaje del hemisferio derecho, del inconsciente, y de esta manera se puede transformar o renovar una vivencia, como decimos en psicología, elaborar una experiencia, de manera protegida y sin tanto dolor.
A nadie le gusta revivir y sentir nuevamente el dolor, por lo tanto lo evitará a toda cosa, eso es lo natural y está bien; por lo que para cambiar internamente el cambio debe ser lo más cómodo posible, o agradable, lo menos incómodo, porque a nuestra mente inconsciente no le gusta sufrir, funciona por lo que Freud llamaba Principio del Placer, y si hacemos que la terapia sea agradable, la persona cambia espontáneamente.
Como miembro de la mesa directiva de La Sociedad Internacional de Hipnosis puedo decirte querido lector, que entre sus finalidades buscamos regir la ética actual sobre la hipnosis y evitar los malos usos de la hipnosis en los diferentes países en los que esta sociedad, tiene sus sedes. Para esto, certifica a los profesionales que están capacitados para trabajar con esta técnica e intenta que los gobiernos de los diferentes países regulen esta situación, así como en la OMS.
Como te he compartido, la hipnosis depende mucho de nuestra capacidad de imaginar, cuando pensamos en algo; lo estamos imaginando, cuando alguien nos dice “piensa en un árbol”, inmediatamente al escucharlo imaginamos un árbol, ¿qué árbol? el que tú tengas asociado a algún recuerdo. Lo que quiero decirte es que, toda sugestión se convierte en autosugestión.
En este sentido, toda hipnosis es autohipnosis.
Se trata de aterrizar un pensamiento en tu imaginación, por ti mismo, sin necesidad de que alguien te hipnotice. Sabemos que lo que imaginas es más fuerte para tu mente y para tu cuerpo, que lo que él mismo reconoce como realidad. Cuando trabajamos con nosotros mismos, nuestros mecanismos de sobrevivencia y autorregulación se aseguran de que lleguemos hasta donde es conveniente para nosotros llegar. Si trabajamos con otra persona, podemos, aun sin quererlo, presionar un poco más de donde es conveniente llegar para esa persona.
Aun para trabajar con autohipnosis, es necesario aprender ciertas formas de estructurar tus pensamientos, para asegurar que el proceso sea efectivo y seguro, ya que dependiendo el estado de ánimo, puede hacerte imaginar cosas no tan agradables, ni que te lleven a una solución. Si estas en un momento difícil de tu vida tus pensamientos podrían ser pesimistas, a esto le llamamos auto hipnosis negativa. Mi recomendación es que, asistas con un experto que te ayude, a través de hipnosis, a hacer el cambio de tus emociones. Cuando tú asistes a terapia con hipnosis, el cambio es muy rápido, ya que se trata de una psicoterapia breve, efectiva y profunda; en donde además todo lo que vives en sesión y en trance, se queda en ti, como un aprendizaje que te permitirá funcionar mejor en la vida. Toda hipnosis es autohipnosis. Los que trabajamos con psicoterapia ericksoniana, nos encargamos de que tú aprendas en terapia lo que te hace bien para que lo repitas en casa como autohipnosis.
El lenguaje hipnótico es una forma de comunicación eficiente y emocionalmente positiva que todos podemos aprender para usar en nuestro trabajo y en la vida cotidiana, pero cuando se trata de que alguien cambie internamente, maneje adecuadamente sus emociones, resuelva conflictos internos, es necesario tener una formación profesional en el área de la psicología o la psicoterapia para que esto se dé en forma protegida y eficiente, sin “sacar” o “destapar” cosas que, después, ni la persona ni quien le está ayudando sepan cómo manejar para que se sienta bien. Aprender hipnosis requiere un grado de responsabilidad, congruencia e integridad.
Si quieres ayudar a alguien, puedes regalarle un libro de autohipnosis o invitarlo a que escuche las grabaciones que tenemos en la editorial El libro que te recomiendo es el de Teresa Robles que se titula “Autohipnosis, aprendiendo a caminar por la Vida”. Puedes verlo en Amazon o solicitárnoslo al siguiente correo cancun@grupocem.edu.mx
En él encontrarás muchos ejercicios que tu mismo o tu misma puedes aplicarte y son muy seguros.
Aunque muchas veces es más fácil aprender a caminar por la vida acompañado, sobre todo al principio. Y para ello te invitamos a probar una sesión de psicoterapia con hipnosis.
En este Blog, te dejo un ejercicio de autohipnosis, en un video para que puedas experimentar la vivencia de lo que te estoy explicando.
Y me encantará recibir tus comentarios.
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